Observar el estado de las máquinas, equipos, herramientas, pisos, escaleras, instalaciones eléctricas y determinar situaciones que puedan provocar algún tipo de daños, -matriz de riesgos, resulta clave para reducir el nivel de accidentes.
A partir de esa matriz, desarrollada de manera minuciosa, se utilizan los Elementos de Protección Personal (EPP), última barrera entre el trabajador y los riesgos, que no se eliminan, sólo se minimizan o evitan los daños físicos a las personas.
PROTECCIÓN
Casco: evita los riesgos de golpes, caídas o de proyección violenta de objetos o cuando haya riesgo de contacto con electricidad.
Protección facial y ocular: evita la proyección de objetos, exposición del calor y de las radiaciones hacia la cara y ojos. Proyección de sustancias sólidas, líquidas y gaseosas en los ojos.
Protección de los oídos: disminuye el nivel sonoro continuo.
Protección de las extremidades inferiores: previene los riesgos de traumatismos directos en los pies.
Protección de los miembros superiores: elimina los riesgos de cortes o contacto con sustancias tóxicas, irritantes o infectantes.
Protección respiratoria: evita inhalar gases, vapores, humos, nieblas, polvos, fibras y/o aerosoles.
Indumentaria de protección: sustituye o cubre a la ropa personal. Está diseñada para proteger a los trabajadores de las agresiones externas como arco eléctrico, cortes, contacto con productos químicos, fuego, frío extremo, entre otros.
Arnés / Cinturón de Seguridad / Amarre: evita el riesgo de caídas en los trabajos de altura.
La correcta utilización, almacenaje y conservación de los Elementos de Protección Personal son factor fundamental para asegurar su eficiencia. Para ello se debe proveer la información a los trabajadores.